Ayer murió Steve Jobs

Ayer nos encontrábamos con la noticia de que Steve Jobs, fundador y ex-CEO de Apple falleció por producto de un cáncer que lo había malogrado con el correr de los años. Son varias las opiniones que se distinguen entre algunos entendidos (y otros no tanto). Por un lado están los hoy asistieron a su trabajo completamente de luto con un screensaver negro en sus iPhones quienes lo consideraban el Da Vinci contemporáneo y por el otro están los que se ríen y se alegran del suceso alegando que el extinto super-millonario no era más que un ávido y codicioso marketinero que cobraba precios exorbitantes por sus productos. Sería muy estúpido de mi parte no admitir que fue una persona muy importante en el área de la informática. Repasemos algunos de sus méritos en su campo: impulsor de las computadoras personales allá por los 80 cuando tener una en casa era casi inimaginable, fundar una de las empresas de animación más grandes del mundo (Pixar), impulsor de las pantallas táctiles en telefonía celular, visionario, entre otras. Pero hay algunas cosas que me parecen un tanto ridículas. Decir que es un héroe, o una leyenda, o un genio CREO YO es ser un tanto exagerado. Es bastante complicado para mi entender como productos de Apple son considerados de culto en países tercermundistas (incluyendo el nuestro, Argentina) cuando TODA LA VIDA Apple fue para gente de plata con poco conocimiento en informática. Los precios claramente elevados de este tipo de hardware y de software no son justificables y de alguna forma van en contra de la filosofía tecnológica que debería ser siempre la correcta: mejor y más barato. El caso de las Macs era exactamente lo contrario. Algunas contienen hardware que no es 100% aprovechado por su armado y es el doble o el triple más costosa que una PC regular armada con partes similares. Steve Jobs fue un gran visionario y un increíble empresario capaz de llevar las riendas del mercado con una gran pasión por lo que hacía, lo cual le llevó a convertirse en un multi-millonario muy respetado. Pero hasta ahí llega su mérito. No exageremos.